¡ Que me encierren! No sé qué pinto suelta por ahí... Parece que danzar por la casa y por las calles me evita encontrarme conmigo misma, es más, creo que cuando he hecho algunos intentos han sido bastante frustrados, y es que mis reflexiones no suelen durar más que unos minutos, y acabo renegando por miedo a mi propia voz interior. Hubo quien en su día me dijo que era muy dura conmigo misma, quizás por eso evito estos encuentros con mi conciencia.
2 años y 3 meses es el tiempo que figura en mi vida laboral, y para que os hagáis una idea, comencé a trabajar en el 2000, unos meses después de entrar en la universidad para estudiar algo que, pensaba, me daría la posibilidad de ganarme la vida. La publicidad es un mundo creativo, y te permitirá estar en contacto con el mundo del arte, mundo que tuve que rechazar ( o quizás deseé, no sé, ¿quién sino tú misma te prohíbes las cosas?) porque, parafraseando a mi madre, eso era "pan para hoy y hambre para mañana".
Entre lágrimas intermitentes me digo a mí misma que no puedo eternizar mi situación, pero sé que puedo... ya llevo muchos años sin trabajo estable, y sobrevivo. Ha habido épocas de mi vida que he pensado que quería ser "home maker" como una amish bloggera que encontré por pinterest, otras épocas que he ocupado con mi marca handmade, el año pasado fue el de la mujer emprendedora, preparando dos planes de empresa, uno de ellos incluso con su viabilidad económica y encuestas para hacer en la calle para no dar pasos en falso, y así voy haciendo tiempo. Aun así no sé qué quiero, y sé de más de uno que me daría dos hostias bien dadas. Voy ocupando el tiempo, y el tiempo pasa...
Un eterno stand by del que me veo incapaz de salir. Cuando parece que estoy más decidida a encarrilar el negocio del que os he hablado en otras ocasiones, se me cruza una mini oportunidad laboral ( por supuesto, siempre temporal) que no dudo en coger por aquello de tener algún pájaro en la mano durante un tiempo. Total, los cientos volando ya los tengo en la cabeza el resto del año...
Me da miedo tomar decisiones. Me da miedo escucharme. Me da miedo. El mundo gira, y yo estoy petrificada. Quizás tendrían que encerrarme.
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Monasterio Saint Paul de Mausole, St Remy de Provence, sanatorio donde Van Gogh estuvo entre 1889 y 1890 ( no, no me siento ninguna genia, tan sólo una cobarde). La foto es mía ^_^ |