Y aquí estaba yo, sentadita en la playa de Torredembarra, haciendo un alto en el camino. Esa mañana Enrique y yo fuimos a visitar el humedal de
Els Muntanyans, y me senté a disfrutar de las vistas.
Mientras jugaba con la arena, apareció ante mí un par de avellanas ( con su cáscara, no de éstas de paquete peladas). Miré a mi alrededor para ver si veía en las cercanías un ¿avellano? . Obviamente, no había ninguno. Atónita, me guardé las avellanas en el bolsillo del abrigo.
Pero mi sorpresa fue mayúscula cuando al continuar por el sendero del humedal encontré más dispersas... Todo un misterio.
Se las habría dejado allí una familia de abubillas tras su pic-nic...
ResponderEliminarHOLA MAMI... BUENOS DIAS. HERMOSO Y TIERNO TU BLOG,LO QUE HACES ES MUY BONITO, TE FELICITO, ME ENCANTO.
ResponderEliminarAHORA TE SIGO, TE INVITO A QUE PASES A VISITARME, SERAS BIENVENIDA..
BESOS, BENDICIONES Y ABRAZO DE OSO..
ZHOBEYDA.